Después de treinta años de trabajo con los afectados de parálisis cerebral, puedo constatar la eficacia del Concepto que da nombre a esta Fundación. Mis maestros, los Sres. Bobath, a quienes desde aquí rindo un emocionado homenaje, me transmitieron la idea de un planteamiento profesional que uniera a la técnica una visión global de los múltiples problemas de las personas con parálisis o daño cerebral. Esto nos ha permitido desarrollar una manera de tratamiento integral, que abarca desde las afecciones o alteraciones motoras, sensoriales, psicológicas y emocionales, hasta la manera de vivir, aprender y adaptarse a su entorno.
Desde el principio tuve la necesidad de crear un centro asistencial, en el que fuera posible la puesta en práctica de esta filosofía de trabajo, y finalmente lo conseguí en 1982.
Años más tarde, en 1991, los Sres. Bobath consideraron que nuestra buena interpretación de su filosofía de trabajo y los resultados obtenidos en la aplicación del mismo, justificaban su reconocimiento. Concedieron entonces a nuestro centro, el alto honor de denominarse Centro Bobath.
Desde que tuve la fortuna de conocer a Karel y Berta Bobath, sigo con empeño y entusiasmo su particular visión profesional y confirmo cada día su idoneidad.
Hoy, en el momento de constituir la Fundación, he sentido el deber y la necesidad de llamarlo Fundación Bobath, para preservar la memoria de unos profesionales que tanto han dado para la mejora de la calidad de vida de los paralíticos cerebrales o con daño cerebral, y para poner de manifiesto que la aplicación de este Concepto , el Concepto Bobath, no solo sigue siendo eficaz y útil en la formación de los profesionales dedicados a esta área de pacientes neurológicos, sino que sigue abierto a los nuevos métodos de investigación e innovación como algo vivo.
En Madrid, a 3 de abril de 2002
Luisa Fúnez